La gata de la calle 24
A Jodi Levin, dondequiera que esté.
La gata de la Calle 24
me dijo que era sabroso
como un Candyman latino
y era la primera vez
para el Rey ratón
que una wera inglesita
se le declaraba.
Reyna preciosa de una Inglaterra
trasterrada.
Más intenso que un ejército de españoles
armados con espadas y cruces,
más intenso que 500 años de rabia
y venganza.
Más intenso que años de tortura y cárcel
eran tus ojos de yerbas primaverales
Jodi Levin.
Para mi cuarto de siglo era leyenda
la costumbre de las weras de pedir
si les placía y de las Reynas inglesas
de agarrar si se les antojaba,
pero que llegara en olas azules
de tu boca,
pero que tus amigas
intrigaran a tu alrededor
acerca de nuestros deseos,
de la wera gata Reyna de New York
hablando de amor y deseo
con el ratón Rey de los callejones
de San Francisco,
era la mejor forma de conquistar
América por Inglaterra.
Aún persigo tus senos
entre las cantantes
de Jazz o de Pop americanas.
Aún pretendo conquistar tu isla
para que me dejes entrar
como esa noche a tu vientre de estrellas
a tus intestinos protectores,
maternos, cobijantes, mordedores,
amor, no sé si debo regresar a tí
o a tus ojos de piedras marinas de un Atlántico
esclavizante
esclavizante
o a tu cuerpo lleno de sabores,
olores y fluidos.
* * *
¡Protesta!, ¡Protesta otra vez! Jodi Levin.
New El Salvador Today - NEST -
es dónde te conocí
y era parte de ti mi Reyna Inglesa,
El Salvador tiene que ser nuevo,
como tus ojos donde se funden
todas las filosofías y todas las ciencias,
donde la libertad de los pueblos
pasa por nuestra libertad desnudos
en tu cama de San Francisco,
a la altura de la Calle 24,
mientras el calcio alargaba tus carnes...
Una gata callejera
como en un cuento de Disneylandia
se tomó unas nubes
del pecho para adornar a un ratón.
La saliva de gata
al chasquear en un audífono
se carga de electrones
minerales
y deseosas partículas
sonoras.
La saliva de gata
es agua delgada
y ácida de luz animal.
- * *
Pensar como Rey mi Reina
es ser más que un estadista.
Los policías son nuestros gatos
y tienen que pensar como gatos
si no no tragan, mi Reyna.
Como aquellos efebos tristes
que se enamoraron de ti,
y me querían asesinar porque
creían en su mente pequeña
que sólo era un sátiro cogelón
y no su Rey, mi Reyna.
Por eso caen como cucacharas
tus efebos, mi Reyna.
- * *
Cuando la saliva
de una gata
alimenta a
un ratón
es corriente directa
para el cable central
que dirige
el régimen del Rey ratón
mi Reyna.